No hubo en mi vida momento más sublime que ver su mirada encontrarse con la mía; desde aquel día, para siempre memorable, aprendí que las miradas hablan y que las miradas hablan y que las palabras de corazon a corazon se oyen más claras y fuertes que las de viva voz. Marden A. Pescador
Estaremos encantados de escuchar lo que piensas