Suelta el vaso de agua
Suelta las preocupaciones que te inmobilizan
Suelta el vaso de agua
En una clase, el profesor le muestra a sus alumnos un vaso con agua.
Los alumnos supusieron que la pregunta que seguía era: ¿Está el vaso medio lleno o medio vacío? El profesor en cambio preguntó:
– ¿Cuánto pesa este vaso?
Las respuestas de los alumnos variaron entre 200 y 250 gramos.
Pero el profesor respondió:
– El peso absoluto no es importante. Lo que es importante es el peso percibido, porque dependerá de cuánto tiempo sostengo el vaso: Si lo sostengo durante 1 minuto, no es problema. Si lo sostengo 1 hora, me dolerá el brazo. Si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará.
El vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado y más difícil de soportar se vuelve.
Después continuó diciendo:
– Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas en ellas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado e incapaz de hacer nada.
¡Acuérdate de soltar el vaso!
Pensar permanentemente en los problemas nos inmoviliza, nos impide reaccionar. Los problemas rondando en nuestra cabeza nos agotan emocionalmente al tiempo que nos quitan perspectiva para encontrar una solución. Es por eso que debemos aprender a soltar el vaso.
Utiliza esta frase de Regina Brett cada vez que te preocupes: Enmarca cada cosa que llamas «desastre» con estas palabras: «En cinco años, ¿esto importará?»
