La vida no es noble ni buena ni sagrada y no hallo nada que respetar ni venerar en el cielo ni en la tierra… pero gracias a este hijo tenido y perdido habrá ya siempre para mí en lo más puro de la luz un ser sagrado una criatura de oro.
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La vida no es noble ni buena ni sagrada y no hallo nada que respetar ni venerar en el cielo ni en la tierra… pero gracias a este hijo tenido y perdido habrá ya siempre para mí en lo más puro de la luz un ser sagrado una criatura de oro.
Francisco Umbral