La muerte llama uno a uno a todos los hombres y a las mujeres todas sin olvidarse de uno solo -¡Dios qué fatal memoria!- y los que por ahora vamos librando saltando de bache en bache como mariposas o gacelas jamás llegamos a creer que fuera con nosotros algún día su cruel designio.
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La muerte llama uno a uno a todos los hombres y a las mujeres todas sin olvidarse de uno solo -¡Dios qué fatal memoria!- y los que por ahora vamos librando saltando de bache en bache como mariposas o gacelas jamás llegamos a creer que fuera con nosotros algún día su cruel designio.
Camilo José Cela