Estás a punto de escuchar una historia extraña pero real.
Cuenta la leyenda que Harry Houdini, el gran mago y escapista húngaro, famoso mundialmente, una vez dijo que podría escaparse de cualquier cárcel del mundo, todo lo que tenía que hacer era entrar dentro de la celda únicamente con su ropa de calle.
Estaré ahí fuera en una hora, no hay
problema, él dijo.
Bueno pues en una vieja cárcel en el sur de EEUU escucharon el reto de Houdini y decidieron aceptar su desafío.
El día del evento miles de personas se reunieron a las afueras de la cárcel y con mucha confianza Houdini entró directamente hacia la cárcel y en la celda se metió. Fue entonces cuando la puerta de barrotes se cerró a sus espaldas.
Lo primero que hizo Houdini fue quitarse su abrigo, después hizo algo muy extraño: se quitó su cinturón.
El cinturón de Houdini tenía escondida una barra de acero de 30 centímetros muy dura pero también muy flexible y Houdini empezó a trabajar.
Pasados unos 30 minutos esa expresión de confianza con la que Houdini había entrado desapareció. A la hora estaba bañado en sudor y a las dos horas Houdini cayó rendido contra la puerta, la cual se abrió.
Y se abrió porque esa puerta nunca había estado cerrada, aunque esto no es del todo cierto, la puerta estaba cerrada, estaba firme y completamente cerrada en la mente de Houdini, lo que significa que estaba cerrada como si le hubieran puesto el mejor candado
del mundo.
La mente es poderosa. Cuántas puertas en tu vida has creído que estaban cerradas y no lo estaban. Cuántas veces te has quedado
atascado buscando una solución compleja para un problema que realmente tenía una solución trivial.
Hay un viejo proverbio africano que dice:
cuando no hay enemigo interno no hay enemigo externo que pueda causarte daño
Tu mente es la fuerza más poderosa a la que te vas a tener que enfrentar: te mentirá, te dirá «tú no puedes con eso», «tu no estás preparado para eso», «no eres lo suficientemente bueno», «no puedes soportarlo», «no tienes la energía».
Porque como Houdini nos enseñó, las únicas puertas que están cerradas lo están en nuestra propia mente porque las puertas en
realidad están abiertas y lo único que tienes que hacer es cruzarlas.
