Y es que sigo pensando que para el amor no hay tiempo perfecto, todo se da naturalmente porque el amor de la nada aparece, el problema fue que tú no deseabas amar, el problema fue que yo intenté hacerlo por los dos, es por eso que esto se acabó.
Y tal vez si nos hubiésemos conocido en otro tiempo, a otra edad, en otra vida, en otras circunstancias, tal vez todo fuese muy distinto, pero ¿de qué sirve pensarlo cuando todo está perdido? De nada, absolutamente de nada nos sirve. Ojalá cuando te conocí hubieses estado preparado para el amor, ojalá hubieses estado cansado de andar de ¨pica flor¨, ojalá me hubiese llegado a amar tanto como a tu libertad, ojalá tus alas a mi lado hubiesen querido reposar, ¡ojalá!
Los amantes se separaron. Ella tomó su camino a la derecha, él a la izquierda, pero olvidaron algo… ¡el mundo es redondo!
Aunque suene increíble hoy me encuentro tranquila y en paz, posiblemente no entienda aun el porqué de las cosas, pero sé que en algún momento un sinfín de respuestas llegarán a mi sin que yo las tenga que salir a buscar. Finalmente no importa cuánto forcemos las cosas o cuánto las manipulemos para que estén en dónde nosotros queramos, todo se acomoda en su lugar tarde o temprano, en el verdadero, a dónde pertenecen. Y por esta vez, no estás en mi sitio, pretextos o excusas, lo cierto es que no estás y a amarme no te he de forzar, solamente tú y nadie más sabe lo que sientes y si no te nació estar aquí, tal vez algún día, no lo podemos saber, la vida da muchas vueltas, eso sí lo sé. Y sin embargo, me quedo con la dicha de haberte amado, si, de amarte hasta sentir que ya no podía más, de haber luchado por ti una y otra vez y de haberme entregado completa, sin reservas. De haber estado para ti en todo momento. De haber intentado no una sino mil veces que tú sintieras el mismo amor que yo sentía por ti, de motivarte a luchar y ser feliz. De ser lo que tú querías o esperabas (sin perderme), pero luché por ello. Y finalmente, aunque no obtuve los resultados que desee, sé que valió la pena.
No importa cuántas primaveras o cuántos inviernos pasen, estoy segura que he de recordarte. He de recordarte con cariño, con amor, inclusive tal vez hasta con ilusión, con esperanza y fe, he de recordarte por todo lo que fue, porque a pesar de todo agradecida siempre te estaré. Recordaré a ratos el inmenso amor tan puro y real que me hiciste sentir, mismo que me hizo crecer y madurar, inclusive me enseñó a soltar. No importa si en un tiempo fueron más los malos momentos que los buenos, soy de la idea de que si algo te hizo feliz, entonces valió la pena, y en este caso para mí valió. Sé también que nunca podré verte como un error, más bien creo que fuiste una lección, una experiencia, buena o mala no sabría decirte pero aprendí, vaya que sí y al recordarte tan sólo quiero sonreír, quedarme con todo lo bueno, porque lo malo nunca deja avanzar y yo quiero continuar mi camino, tal vez ésta vez sin mirar atrás. Y tú, ojalá me recuerdes y también sonrías, porque si de algo estoy segura es que jamás te lastimé, aunque eso tú lo sabes también.
Por último me resta decir que, hubiese querido no ser yo la mujer a la que le tocara esta versión de ti, sé que dentro de ti hay un ser maravilloso que tan sólo le teme al amor, pero cuando tú decidas amar… serás el mejor, lamento no haber podido ser yo quien te motivara para serlo. Hubiese querido también que me llegaras a querer, porque aunque lo hiciste no bastó para continuar y eso, duele. Lamento haber sido la novia correcta pero llegar en el momento equivocado y es que no se necesita ser un experto para darse cuenta que aun tienes mucho de niño, y no es que ese niño no me hubiese gustado, llegué amarlo tanto como jamás había amado, sin embargo, ese niño decidió no estar más a mi lado, ese niño decidió no crecer tomado de mi mano. Entonces te solté, espero que el tiempo y la vida te hagan crecer y madurar, lamento en el proceso no poder estar.
Tal vez si algo duele más que todo es darme cuenta que fui el conducto para ampliar tu experiencia, duele recordar que siempre creíste que el amor se hacía con el cuerpo y no con el alma y es que pensándolo bien creo que finalmente nunca logré llenar tus expectativas, no importa cuánto me esforcé. Pero, finalmente sé que di todo e incluso hasta más, hice de lo imposible lo posible, así que en base a ello no me resta más que decir que… fui la mujer correcta, pero tú fuiste el hombre equivocado.
Si queda algo por decir creo que da igual, ya no tiene caso. Me quedo con la aventura de lo vivido y la experiencia. Y es que, qué podría decirle a un corazón que ni siquiera hizo el intento por amarme pero a él le encantó ser amado, ¿qué? no sé qué viene después de ti, sólo sé que tengo que reparar el caos que ha quedado en mi corazón y es que sé que en algún momento querrá volver a amar, esta decepción no nos matará.
Fuiste un capítulo, pero el libro aún continúa escribiéndose. Yo continuaré siendo la mujer correcta, pero ya no más para el hombre equivocado.
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Fui la mujer correcta, pero tú fuiste el hombre equivocado
Stepha Salcas
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