El autocontrol es fuerza.
La calma es maestría.
Tienes que llegar a un punto en que tu estado de ánimo
no cambie en función de las acciones insignificantes de otra persona.
No permitas que otros controlen la dirección de tu vida.
No permitas que tus emociones dominen tu inteligencia.
Estaremos encantados de escuchar lo que piensas