Después de los cuarenta años la verdadera cara la tenemos en la nuca mirando desesperadamente para atrás.
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Después de los cuarenta años la verdadera cara la tenemos en la nuca mirando desesperadamente para atrás.
Julio Cortázar

Después de los cuarenta años la verdadera cara la tenemos en la nuca mirando desesperadamente para atrás.
Julio Cortázar