Mi padre solía decirme: "una pena se hace más liviana cada vez que se cuenta".
Pues bien, aquí me tienes, escribiéndote versos, contándole a lineas y trozos de papel, mis tristezas, mi afliccion
Blaster
Lo que no decimos, se nos acumula en el cuerpo, se convierte
en insomnio, nudos en la garganta, en nostalgia, en error,
en duda, en tristeza.
Lo que no decimos no se muere... Nos mata!