Disfruta de cada conversación, cada abrazo, cada beso. Detén el ritmo. Disfruta de verdad. La felicidad se esconde detrás de cada pequeño acto de amor.
Ella le dio una libertad a la que él no estaba acostumbrado, y le permitió
irse tan lejos como quisiera,
y la consecuencia fue que él siempre eligiera sus brazos
como destino preferido.