Se enamoró
de quien no imaginaba,
de quien no esperaba y
de quien no estaba buscando.
Desde ese momento aprendió que el amor
no se elige.
Es él quien nos elige a nosotros.
La mejor manera de matar a alguien en tu corazón
es dejarlo morir lentamente en tu mente,
sin nombrarlo, sin llamarle, sin escribirle, sin buscarle...
Que muera poco a poco, en agonía lenta para que no reviva,
si lo dejas morir abruptamente, revivirá a cada instante. Siéntelo, llóralo, súfrelo, pero no ...