170 frases de Joaquín Sabina

10 octubre, 2022

¡Comparte el Amor!

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Las mejores 170 frases de Joaquin Sabina, todas geniales.

Las mejores frases de Joaquin Sabina, recopiladas una por una, en donde nos muestra toda su genialidad, creatividad y humor.

¿De qué hubiera servido deshacer las maletas del olvido?
Tarde o temprano a todos nos alcanza el amor o el karma. Pero a veces llegan en el mismo paquete.
¿Dónde está la canción que me hiciste cuando eras poeta? Terminaba tan triste que nunca la pude empezar.
¿Qué maldición separa a los amantes que no se han olvidado?
…Y sin embargo, cuando duermo sin ti, contigo sueño.
A las buenas costumbres nunca me he acostumbrado.
A las flores de un día, que no duraban, que no dolían, que te besaban, que se perdían.
A los quince, los cuerdos de atar me cortaron las alas.
A menudo, los labios más urgentes, no tienen prisa dos besos después
A quién puede importarle después de muerto que uno tenga sus vicios.
A ti que has detenido con un beso el reloj, a ti que me enfermas, a ti, que eres mi envenenada medicina.
A estrenar el futuro corrigiendo el pasado
Ahora que sin saber, hemos sabido, querernos, como es debido,sin querernos, todavía.
Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver.
Allá donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo, pongamos que hablo de Madrid.
Amor. «Descalabro, laberinto, mentira piadosa, cerradura sin llave, no se vende en farmacias, deja cicatriz.
Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño.
Anduve lo mismo que cualquiera, en busca de una manos que, en mitad de la noche, entre tantos idiomas, el mio comprendieran
Antes de que me quieras como se quiere a un gato me largo con cualquiera que se parezca a ti.
Así que no andes lamentando lo que pudo pasar y no pasó. Aquella noche que fallaste, tampoco fui a la cita yo.
Ayer no me querías, hoy no te quiero. Mañana no tendremos a quien querer.
Bailar es soñar es con los pies.
No hay ni una sola historia de amor real que tenga un final feliz. Si es amor, no tendrá final, y si lo tiene, no será feliz.
Bastante trabajo me ha costado cometer mis pecados como para malbaratarlos en arrepentimientos vanos.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.
Cambio mis arrugas por tu acné.
Cantar es disparar contra el olvido, vivir sin ti es dormir en la estación
Cuando de ella y de mi queden solo estos versos
Cuando la muerte venga a visitarme que me lleven al sur donde nací. Aquí no queda sitio para nadie.
Cuando soy bueno soy bueno, cuando soy malo soy mejor.
Cuélgate de quien te quiera, no te mueras más que por amor…
Damas de noche, que en el asiento de atrás de un coche no preguntaban si las querías.
De ti depende y de mí que entre los dos siga siendo ayer noche, hoy por la mañana.
Derrochando la bolsa y la vida la fui poco a poco dando por perdida.
Dónde crees que vas, qué te parece que soy, no mires atrás, que ya no estoy.
El agua apaga al fuego y al ardor los años.
El amor es una epidemia que se acaba con el tiempo.
El hombre de hoy es el padre del mono del año 2000.
El traje de madera que estrenaré no está siquiera plantado, que el cura que ha de darme la extremaunción no es siquiera monaguillo.
En asuntos de amor siempre pierde el mejor.
Enamorarse un poco más de la cuenta era una mala inversión
En Comala comprendí que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver.
En la fatua Nueva York, da más sombra que los limoneros la estatua de la libertad
En mi casa no hay nada prohibido, pero no vayas a enamorarte
Era tan pobre que no tenía más que dinero.
Era un individuo de esos se callan por no hacer ruido, perdedor asiduo de tantas batallas que gana el olvido.
Era la hora de huir y se fue sin decir «llámame un día».
Está bien tener sombrero por si se presenta una buena ocasión para quitárselo.
Esta forma tan cobarde de no decirnos que no, este contigo, este sin ti tan amargo.
Este adiós no maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojalá, esta ceniza no juega con fuego, este ciego no mira para atrás.
Este pez ya no muere por tu boca, este loco se va con otra loca, estos ojos no lloran más por ti.
Estos labios que saben a despedida, a vinagre en las heridas, a pañuelo de estación.
Hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos.
Hay mujeres que arrastran maletas cargadas de lluvia.
Hay mujeres que ni cuando mienten dicen la verdad.
He vuelto a tropezar con el pasado y he pedido, en el bar de mis pecados, otra copa de ron.
He defraudado a todos, incluso a mi.
Invertir en latas de sopa boba es como barnizar el propio ataúd.
La buena reputación es conveniente dejarla caer a los pies de la cama. Hoy tienes una ocasión de demostrar que eres una mujer además de una dama.
La llamaré mañana, hoy se me hizo tarde. Esa forma tan cobarde de no decirnos que no.
La monarquía es un déficit democrático que sufrimos por herencia.
La muerte es solo la suerte con una letra cambiada.
La noche que perdiste el miedo al miedo fue tan corta que dura todavía.
La paz que has elegido es peor que mi guerra.
La vida no se cuenta por minutos sino por sueños.
La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.
Las caricias que mojan la piel y la sangre amotinan se marchitan cuando las toca la sucia rutina.
Las mejores promesas son esas que no hay que cumplir
Las musas no aceptan excusas
Las opiniones son como el agujero del culo: todos tenemos uno y creemos que el de los demas apesta.
Las verbenas del pasado gangrenan el corazón.
Las niñas ya no quieren ser princesas, y a los niños les da por perseguir el mar dentro de un vaso de ginebra.
Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa, a cambio de sus besos y su prisa.
Lo atroz es no querer saber quién eres, agua pasada, tierra quemada.
Lo bueno de los años es que curan heridas, lo malo de los besos es que crean adicción.
Lo malo de morirte de amor es que no te mueres
Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks.
Lo niego todo, aquellos polvos y estos lodos, lo niego todo, incluso la verdad.
Lo peor de la pasión es cuando pasa, cuando al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos.
Los besos que perdí, por no saber decir: te necesito
Los gimnasios están llenos. Las librerías siguen vacías.
Los hombres engañan más que las mujeres; las mujeres, mejor.
Los vicios del sexo no son vicios.
Luego volví donde el olvido, mi único amor correspondido
Mañana es víspera del día después, pasado flores en el velorio.
Más raro fue aquel verano, que no paró de nevar…
Más vale que no tengas que elegir, entre el olvido y la memoria.
Me duermo en los entierros de mi generación.
Me falta una verdad, me sobran cien excusas.
Me gusta comer, beber y besar de verdad, enamorarme de verdad y cuando pones tanto en esas cosas lo más normal es salir lleno de cicatrices.
Me podrán robar tus días; tus noches no.
Mi plan es envejecer sin dignidad.
Mi primera venganza se llamaba perdón.
Ni yo mato por celos ni tú mueres por mí.
Ni imploro tu perdón, ni te perdono, ni te guardo rencor, ni te respeto
No es que no quiera. Es que no quiero querer…
No existe una vida más lujosa que la de vivir sin teléfono y sin coche.
No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.
No fuiste tu ni fui yo, hubo un error de cálculo en ser nosotros dos.
No le cierres la ventana a la aurora que rompe el cristal que el ahora es el principio del final.
No me gusta invertir en quimeras, me han traído hasta aquí tus caderas y no tu corazón.
No pido perdón, ¿para qué? Si me va a perdonar, porque ya no le importa.
No soy adicto a los divos de la ópera; cultivan el músculo de las cuerdas vocales y me parecen más deportistas que artistas.
No soy un fulano con la lágrima fácil, de esos que se quejan solo por vicio… Si la vida se deja yo le meto mano y si no aún me excita mi oficio.
No soy yo, ni tú, ni nadie, son los dedos miserables que le dan cuerda a mi reloj.
No te pases un pelo de listo, no inviertas en cristos, no te hagas el tonto.
No te pierdas si te grito piérdete.
Nunca tuve más religión que un cuerpo de mujer.
Pelearé hasta el último segundo y mi epitafio será: no estoy de acuerdo.
Peor para el sol, que se mete a las siete en la cuna del mar a roncar, mientras un servidor, le levanta la falda a la luna.
Perdiendo los modales: si hay que pisar cristales, que sean de bohemia, corazón.
Por decir lo que pienso, sin pensar lo que digo más de un beso me dieron y más de un bofetón.
Porque todos los finales son el mismo repetido, y con tanto ruido, no escucharon el final.
Prefiero la guerra contigo, al invierno sin ti.
Puedo ponerme cursi y decir: que tus labios me saben igual, que los labios que beso en mis sueños…
Puedo ponerme digno y decir: Toma mi direccion, cuando te hartes de amores baratos de un rato… me llamas.
Qué difícil intentar salir ilesos de esta magia en la que nos hayamos presos.
Que el fin del mundo te pille bailando.
Que las verdades no tengan complejos.
Que los sueños sean mentiras de verdad.
Que mueran por amores los dictadores y los notarios.
Que no te den la razón los espejos.
Qué pequeña es la luz de los faros de quien sueña con la libertad.
Qué poco rato dura la vida eterna por el túnel de tus piernas.
Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena.
Recuperar de nuevo los nombres de las cosas, llamarle pan al pan, vino llamarle al vino, al sobaco… sobaco, miserable al destino. Y al que mata llamarle, de una vez asesino.
Resumiendo: si me llamas voy
Sabes mejor que yo que hasta los huesos, sólo calan los besos que no has dado, los labios del pecado…
Se anuncia entre los dos tiempo inestable, asoman a tus ojos las tormentas.
Se arroparon con la sensatez del desvarío tuyo y mío.
Será mejor que aprendas a vivir sobre la línea divisoria que va del tedio a la pasión.
Si quieres quererme, voy a dejar de querer, si quieres odiarme, no me tengas piedad.
Siempre que me confieso me doy la absolución.
Siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta.
Solo me pongo triste cuando alguno… en el momento más inoportuno… me pregunta por ti.
Soy un mal novio, un pésimo amante y peor marido. Pero un estupendo amigo.
Tengo una cabeza pesimista… no creo en casi nada, y tengo un corazón optimista que me hace levantar por las mañanas. Esa es mi bipolaridad.
Tira los prejuicios junto a la cama; hoy tienes una oportunidad de demostrar que eres una mujer, además de una dama.
Todo lo que tengo, que es nada, se lo di.
Todos los días tienen un minuto en el que cierro los ojos y disfruto echándote de menos
Todos, alguna vez fuimos amores pasajeros de trenes que no iban a ningún lado
Tú que eras un maestro en el difícil arte de no mojarte bajo un chaparrón.
Tu vudú ya pincha en hueso.
Tus ojos son dos gatos por los tejados, tu nuca un callejón al oscurecer, tu pelo es el más negro de los pecados, tus dientes son agentes de Lucifer.
Una mentira en dos palabras: «no puedo»
Vivir es ir muriendo poco a poco.
Y algunas veces suelo recostar mi cabeza en el hombro de la luna y le hablo de esa amante inoportuna que se llama soledad.
Y aunque quiera olvidar no se me olvida, que no puedo olvidarte.
Y el sol es una lágrima en un ojo que no sabe llorar.
Y la sangre al galope por mis venas y una nube de arena dentro del corazón, y esta racha de amor sin apetito…
Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.
Y regresé a la maldición del cajón sin su ropa.
Y si es mejor quererte sin permiso, con rabia y al contado. Yo te querré como jamás te quiso quien más te haya marcado.
Y una mañana comprendí que a veces gana, el que pierde a una mujer.
Y yo que había jurado morir sin descendencia, como murió mi padre.
Ya no cierro los bares, ni hago tantos excesos, Cada vez son más tristes, las canciones de amor.
Ya no sueña aquel niño que soñó que escribía, corazón de María no me dejes así.
Yo canto mis soledades porque me sobran.
Yo le quería decir la verdad por amarga que fuera, contarle que el universo era más ancho que sus caderas, yo le pintaba un mundo real y no uno color de rosa, pero ella prefería escuchar… mentiras piadosas.
No mientas, dijo el mentiroso.
Corre, dijo la tortuga.
Buena suerte, dijo el gafe.
Atrévete, dijo el cobarde
Pruébame, dijo el veneno
Estoy tratando de decirte que me desespero de esperarte,
que no salgo a buscarte porque se que corro el riesgo de encontrarte,
que me sigo mordiendo noche y día las uñas del rencor,
que te sigo debiendo todavía una canción de amor.
Y yo me muero de
ganas de decirte que
me muero de
ganas de decirte que
te quiero
y que no quiero que venga el destino a vengarse de mi
y que prefiero la guerra contigo al invierno sin ti.
Los besos que perdí,
por no saber decir:
“te necesito”.
Y la vida siguió,
como siguen las cosas que no
tienen mucho sentido,
una vez me contó,
un amigo común, que la vio
donde habita el olvido.
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel
Uno se conoce a sí mismo y sabe lo fácil que es resultar herido, sobre todo si uno se emplea a fondo. A mí me gusta comer de verdad, beber de verdad, besar de verdad, hablar de verdad, enamorarme de verdad y cuando pones tanto en todas esas cosas lo más normal es que salgas lleno de cicatrices. Son pruebas de que has vivido.
La felicidad no es un estado de conciencia, sino los momentos irrepetibles de la vida
Ve con cuidado… yo disparo siempre al corazón
Lo peor del amor es hacer gilipolleces que atentan contra uno mismo
No es que esté triste, es que me acuerdo…